Situada en la calle de la Blanqueria, en Valencia, al lado del antiguo cauce del Río Turia y entre el museo Muvim y las torres de Serrano, este museo, que anteriormente fue usado como residencia del mismo autor de el que recoge sus obras hoy en día, pasa algo desapercibida. Cuando una persona pasa por delante de el museo, puede atraer su mirada por segunda vez, pero seguramente, y por desgracia, no lo suficiente como para atraerla a entrar, lo cual es una pena, ya que es dentro donde la casa-museo cobra su significado y su valor. Y es que es en este museo en el que se recoge la mayor colección de obras de José Benlliure Gil.
Nada mas entrar nos encontramos una planta baja con una serie de estancias domésticas en las que se encuentran expuestas varias obras, tanto de José Benlliure, como de algunos contemporáneos como Joaquin Sorolla, Muñoz Degrain, Rusiñol, etc... Cabe destacar también que las estancias están completamente amuebladas con elementos de epoca. En la primera planta lo que encontramos son trabajos del hijo de José, Peppino, y del escultor Mariano Benlliure.
En la parte de atrás de la vivienda encontramos un patio en el que tenemos un jardín de traza mediterránea, decorado con azulejos, esculturas y elementos arquitectónicos que el dueño fue recogiendo a lo largo de su vida de construcciones que iban siendo derruidas o rehabilitadas.
Al final del jardín hay una reconstrucción de lo que fue el estudio del autor, con varias de sus obras, elementos que usaba para estas (trajes que usaba como modelos, instrumentos musicales, armas, etc...).
En general me pareció una visita muy entretenida, ya que mezcla muchas cosas interesantes, desde obras del autor que, ademas, vivió en esa misma casa, obras de otros autores, familia o no de Jose Benlliure, hasta incluso el amueblamiento que tenia la vivienda en aquella época, lo que logra un ambiente que recrea los años en los que se vivió, y a la vez da ese toque de museo que consigue no ser monótono. Ademas el jardín que se encuentra entre la vivienda y el estudio le da el toque de naturaleza del que carecen prácticamente la mayoría de los museos. Con todo esto, es una pena que no sea tan conocido, ya que estoy convencido que mucha gente lo disfrutaría enormemente.
Efectivamente debería ser un lugar más conocido. Estas visitas, quizás ayudarán a ello. Me alegra que te gustara.
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